Los Geysers son uno de los ecosistemas más interesantes desde el punto de vista científico y que hacen de la zona altiplánica de la segunda región un centro importante de investigación y conocimientos.

Un géiser es un tipo de fuente termal que erupta periódicamente, expulsando una columna de agua caliente y vapor en el aire. La palabra géiser viene de Geysir, nombre de una terma en Haukadalur, Islandia; el nombre, sucesivamente, proviene del verbo islandés gjósa, "emanar".

La formación de géiseres requiere una hidrogeología favorable que existe solo en algunas partes del planeta, por lo que son un fenómeno bastante extraño.




La actividad de erupción de los géiseres puede cambiar o cesar debido a la deposición de minerales dentro de los conductos internos (tuberías) del géiser, intercambio de funciones con fuentes termales cercanas, influencia de terremotos e intervención humana perforación de piedra tectonica.

La actividad de los géiseres, como toda actividad de fuente termal, es causada por el contacto entre el agua superficial y rocas calentadas por el magma ubicado subterráneamente. El agua calentada geotérmica mente regresa a la superficie por convección a través de rocas porosas y fracturadas. Los géiseres se diferencian de las demás fuentes termales por su estructura subterránea; muchos consisten en una pequeña abertura a la superficie conectada con uno o más tubos subterráneos que conectan con las reservas de agua, de esta manera el perforar un geiser significa cambiarle el conducto al agua y por ende disminuir la presión de ellos, ya que se perfora una roca magmática, donde la presión del geiser aumenta respiración disminuyendo la temperatura del agua y presión de la evaporación.

A medida que el géiser se llena, el agua más superficial se va enfriando, pero debido a lo estrecho del conducto, el enfriamiento conectivo del agua en la reserva es imposible. El agua fría de la superficie es presionada bajo el agua caliente, asemejándose a la tapa de una olla a presión, haciendo que el agua de reserva se super-caliente, manteniendo el líquido a temperaturas superiores a su punto de ebullición.

Por último, la temperatura del fondo del géiser comienza a subir alcanzando el punto de ebullición; las burbujas del vapor ascienden hasta la punta del conducto. Al atravesar el cráter del géiser, algo de agua se desborda y salpica hacia afuera, reduciendo la anchura de la columna y la presión del agua que hay debajo. Con este escape de presión, el agua super-caliente se mezcla con el vapor, ebulliendo violentamente por la columna. La espuma resultante entre el vapor y el agua caliente es expulsada fuera del géiser.

El agua restante en el géiser se va enfriando y la erupción finaliza; el agua caliente se comienza a filtrar nuevamente dentro del depósito, y el ciclo comienza de nuevo. La duración de las erupciones y el tiempo entre una y otra varían según el géiser.

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