Volcanes
Un volcán es una colina o montaña que se forma alrededor de una fisura en la superficie terrestre de la cual salen expulsados diversos materiales del interior de la Tierra. Estos materiales se enfrían al entrar en contacto con la atmósfera, formando un gran cono. En la cima existe un cráter o depresión (orificio. En el interior se forma un tubo que es por el cual el magma asciende, este se llama chimenea. La gran presión que ejerce este líquido viscoso provoca que se desarrollen fracturas en las laderas, que tienen el nombre de conos adventicios. Cuando una determinada cantidad de lava, ya en estado sólido, vuelve a caer en la chimenea, la erupción generalmente cesa. La mayoría de los volcanes son estructuras compuestas, formadas en parte por corrientes de lava y materia fragmentada. El Etna, en Sicilia, y el Vesubio, cerca de Nápoles, son ejemplos famosos de conos compuestos. En erupciones sucesivas, la materia sólida cae alrededor de la chimenea en las laderas del cono, mientras que corrientes de lava salen de la chimenea y de fisuras en los flancos del cono. Así, el cono crece con capas de materia fragmentada y con corrientes de lava, todas inclinadas hacia el exterior de la chimenea. Algunas cuencas enormes, parecidas a cráteres, llamadas calderas y situadas en la cumbre de volcanes extintos o inactivos desde hace mucho tiempo, son ocupadas por lagos profundos, como el Lago del Cráter, en Oregón, o por llanuras planas, como el amplio Valle Caldera en el norte de Nuevo México, ambos en Estados Unidos. Ciertas calderas son resultado de explosiones que destruyen el volcán en erupción por ejemplo: las islas volcánicas de Thera o Santorín, en Grecia, y de Krakatoa (también conocida como Rakata), en Indonesia, así como el Lago del Cráter. Otras se forman cuando la cámara subterránea de magma, vacía tras erupciones sucesivas, no puede soportar más el peso de la mole volcánica situada encima y se derrumba. Otro ejemplo de caldera volcánica, situada en la isla canaria de La Palma (España), es la Caldera de Taburiente, donde se mezclan los valles de barrancos con picos que destacan en los bordes de la caldera. Muchos volcanes nacen en los fondos oceánicos. Por ejemplo el Vesubio y el Etna fueron, en sus principios volcanes submarinos que con el paso del tiempo emergieron a causa de la acumulación de material magmática.

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